jueves, 30 de junio de 2011

Memorias

Un día normal, como otro cualquiera. Con las mismas visitas esperadas y hasta la comida que esperaba. La misma hora y el mismo momento. Pero de pronto y sin darse cuenta. Despues de tanta rutina y tanta monotonía, se dió cuenta de lo que pasaba y del momento que era.Todo lo que había visto diferente, raro, estraño, ahora era claro. Ariadna despertó y lo vio. Vió que era su momento, el día en el que su sueño se iba hacer realidad. Era el momento de desatar la felicidad que tanto tiempo había tenido guardada en un rincón. Era el momento de tirar hacia adelante y no echar la vista atrás. Los malos momentos se iba a quedar en el pasado y ella iba a caminar hacia adelante sin ningún obstáculo obstruyendo su camino. Porque era su camino. El que había construido ha base de esfuerzo y retirar piedras. Lo había conseguido, el billete a África, por fin, estaba en sus manos.

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