Puede que haya tardado demasiado, pero nunca es tarde para
nada. Creo que por fin me he dado cuenta, y creo que por fin puedo decirlo con
total seguridad. Se que estoy mejor sin ti.
Ahora ya ha pasado el tiempo y la verdad es que ha pasado
bastante desde la última vez que te vi, y aunque suene extraño no me
arrepiento. Me estoy dando cuenta de que no eres esencial en mí día a día, ni
siquiera eres un pilar firme en mi vida. Has pasado a ser un muro de carga, la
estabilidad que hacia que no temblasen mis cimientos, a ser un simple tabique
que estoy a punto de derribar. Un tabique que no echare en falta, porque ahora será
más amplio el espacio. Un espacio sin ti.
Y todo esto no es porque haya entrado otra persona en mi
vida y te haya ido desplazando, al contrario, te he ido desplazando yo, para no
tener miedo, cuando sea el momento, de que entre otra persona en mi vida.
Esto no es una despedida, porque si me necesitas voy a estar
aquí, si tu quieres estaré para soportar y ayudarte en tus cimientos, pero no para
quedarme y unirme a ellos. Para eso ya tuviste tiempo, un tiempo que no supiste aprovechar.
Así que si nos volvemos a ver, te saludare, tu me sonreirás y
nos daremos cuenta de que nuestro sexto sentido funcionó. Ahora somos felices y
cada uno por nuestro lado, mientras busco el tiempo que perdí. Porque se que hoy
estoy mejor sin ti.