viernes, 30 de septiembre de 2011

Oscuridad para alegrar la vista

Tengo una tarea para el mundo, tejer una manta para tapar la Tierra. Como si fuera la última noche. Imagina que es el último momento de tu vida, la última oportunidad de hacer lo que siempre has deseado hacer. La mayor parte de la gente le diria a la persona mas especial de su vida que le quiere, pero si es el último instante de tu vida, el amor es lo último que te importa. No sabria decirte que haria yo, porque no ha llegado mi última noche. Pero de lo que te aseguro es que lo último que haria seria decir: te quiero. Seguramente pensaría en mi sueño e iria a por él. No importa que esté al otro lado del mundo, es tu ultima noche. No te tienes que preocupar en volver. Y ¿cual es mi sueño? ¿Volar? ¿Como puedo lograr volar en mi ultima noche? ¿Agarrandome a un pájaro? ¿Parapente? Me encantaría volar pero... ¿seria capaz de hacerlo en el último instante de mi vida? Seguramente no. Lo mas probable es que me quedaria paralizada como el resto de la población, al enterarme de la noticia. Y no hariamos mas que preocuparnos en lugar de disfrutar de tus últimos momentos, de la última chispa de felicidad.
Pero la pregunta es, ¿para que tejer una manta tan grande como para tapar a la Tierra? Pues muy facil, para que sea una noche eterna.

jueves, 22 de septiembre de 2011

¿Para que mentirme mas? ¿Para que fingir nada?

Creo que soy diferente. No ha habido nada en mi vida que me haya hecho cambiar de opinión ni siquiera algo que se haya salido de lo común. Pero ahora pienso diferente. Lo que antes lo tenía más claro que el agua, ahora mismo se está volviendo turbio y algo en lo que nunca había pensado ahora me reconcome por dentro. Melisa ¿que te está pasando? ¿Que ha sucedido para que haya cambiado? Sigo siendo la misma persona alocada, distraida e impredecible que he sido siempre, pero ahora está en mi cabeza y no me lo consigo sacar. Estoy segura de que no es una obsesión y mucho menos amor, pero no me deja tranquila. Algo me ha pasado para que lo necesite a mi lado. Pero todavia no he descubierto el qué.

Porque por muchas vueltas que le de a mi cabeza, el mundo no va a parar para que yo me aclare.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mientras sonrías soy feliz.


Y que más me da lo que me digan si yo soy feliz. ¿A caso me tiene que afectar lo que digan? ¿Me tengo que sentir mal por ser diferente? ¿Debo llorar por ser yo misma? No. Porque a mi manera yo soy feliz y son felices las personas que hay a mi alrededor. Porque si me siento mal conmigo misma, todo mi alrededor se hunde. Y levantar a una persona se puede, dos es algo más complicado, ¿pero todas las personas que estan ahí en esos momentos? Es dificil, pero no imposible. Aunque una cosa tengo clara, si se han hundido por mi culpa. Te juro, que con mis dos manos les levanto.

Porque no hay nada más sencillo que tener claro lo que me importa y mi mayor prioridad es la felicidad. Pero no la de uno propio porque si te lo propones la puedes conseguir en cualquier momento. Yo quiero que sena felices las personas que de verdad me importan y me da igual si tengo que interponer su felicidad a la mia. Si vosotros sois felices, ni me lo tienes que preguntar.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mejor volar que andar en un sueño.


Prefiero volar que andar en un sueño. Volar, volar es un sueño y únicamente es para las personas que tienen algo en que creer, para los que tienen expectativas en la vida y buscan la felicidad ante todo. Es para los que no les importa lo que pongan en su camino porque tienen voluntad suficiente para sobrepasarlo. Porque no solo son fuertes frente a las adversidades, sino que tambien saben disfrutar en cada momento. Tienen la capacidad de levantarse a cada caída y siempre saben lo que decirte. Porque no les importa lo que te haya pasado o hayas echo, ya que siempre te tienden la mano para levantarte y si lo necesitas, te mostraran de nuevo a tu camino. ¿Y sabes porque? Porque desde tu vuelo se ve todo lo que necesitas.


 ¿Y que les queda a los que andan en un sueño? Ellos mismos.


lunes, 5 de septiembre de 2011

El mensaje

Ella no lo sabía con exactitud, pero él existía, y una de las cosas que había aprendido de jovencita era que si descubrías algo que te hacía vibrar, lo mejor que podías hacer era intentar saber más sobre ello. Si te limitabas a ignorar tu sentimiento, nunca llegarías a saber que podría haber pasado, y en cierto modo eso era peor que enterarte de que te habías equivocado de buen principio. Porque si te equivocabas, podías seguir adelante sin volver la vista atrás y sin preguntarte que podría haber pasado.